LAS CLAVES DEL ÉXITO DE CÉSAR APARICIO POR CÉSAR APARICIO

César Aparicio muchos lo conocerán de verlo en conferencias hablando de diferentes temas de marketing digital y, cómo no, de Safecont (de esto hablaremos un poco más tarde). Pero detrás de este brillante conferenciante hay mucho más.

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César es el fundador de una agencia de marketing digital llamada Cráneo Previlegiado, nombre que le viene como anillo al dedo.

Ya que hay un César desconocido para muchos con una formación que parece no acabar nunca (el éxito que parece venir solo, siempre conlleva una gran preparación).

César es economista por la Universidad de Alcalá, carrera que estudió en parte en Francia.  MBA y curso presencial de especialización en el mercado chino en la Universidad de Estudios internacionales de Sanghai –SISU- Y además, realizó un master de full stack developer.

¿Seguís pensando que las cosas pasan porque sí?

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Entre tanto estudio, César ha vivido casi un lustro en Irlanda, desde donde comenzó su negocio por cuenta propia en el mundo del SEO.

Desde entonces, ya hace más de una década, de manera profesional ha trabajado como SEO siempre por cuenta propia, ha regentado un ecommerce, ha sido tanto profesor como responsables de varios cursos y masters relacionados con el marketing online. 

En la actualidad es cofundador de Safecont, el primer software SEO a nivel mundial en implementar tecnología Machine Learning para el análisis de calidad de contenido, aventura que comenzó por aquel lejano año de 2015.

Un profesional así seguro que tiene mucho que contar sobre el camino hacia el éxito. Para ello cambiamos el formato habitual de las 10 claves para sintetizar el éxito de César Aparicio en solo tres. ¡Adelante César!

Citando a Valle-Inclán, “el mundo es una controversia”, no cabe duda. Sin embargo hay algunos momentos en la vida más controvertidos que otros, indiferentemente que estén más o menos próximos, ya sea en el tiempo o en el espacio.

Por tanto, al éxito casi siempre le ronda el fracaso, pues el primero depende inexorablemente del esfuerzo (fundamentalmente) y del riesgo (en menor medida). Y todo aquello ligado al riesgo, puede ser susceptible de fracasar.












Además, el éxito entendido como una cualidad del ser humano, cada vez demanda más. Simplemente porque somos insaciables en buena medida, siempre queremos mayores logros. Si existe, y muy probablemente existirá, éste ansia creciente de éxito entonces seguirá estando ligado al riesgo. Y así, el éxito y el fracaso rondan el filo de quienes quieran lidiar con su punto en común: la incertidumbre y lo que ella arrastra.

En definitiva, se puede alcanzar el éxito pero es fácil que como vino se vaya. Hay que tenerlo presente.

2. Qué entiendo por éxito:

Dentro de lo posible, el lado personal lo dejaré al margen. Hablaré de mi opinión sobre el éxito económico y laboral simplemente (si es que se puede considerar simple).

Durante muchos años pude pensar que el éxito era tener mayores ingresos. Ahora no lo creo. ¿Y qué creo? Tener unos ingresos está bien, tenerlos por encima de la media del entorno económico en el que te desenvuelves es mejor y estar por encima de la media de casi cualquier entorno tiene que ser… no lo sé. Lo que sí sé, es que cada posición, en lo que a mí se refiere, ha ido ligada a un esfuerzo cada vez mayor y ya empecé esforzándome mucho.

¿Compensa el éxito económico el desgaste físico y emocional que conlleva? ¿Más dinero, más esfuerzo, más pelea, más problemas? Creo que el éxito es conocerse para alcanzar un punto de equilibrio entre los ingresos y la salud (física y sobre todo mental).

Lo anterior suena fácil pero como dije al principio el ser humano es insaciable. Quizá el éxito sea comprenderlo y estar satisfecho cada uno en su nivel.



Dicho lo anterior, las relaciones humanas en casi cualquier ámbito son fundamentales. Si hablamos del mundo laboral, creo que el éxito en buena medida se puede resumir por la consideración en la que te tengan tus compañeros o colegas de profesión. Desde quien trabaja contigo, pasando por un cliente hasta quien te escucha en una ponencia.

El dinero está bien para comprar cosas, pero no puede comprar voluntades. Es por ello que las segundas reconfortan más.

3. Recomendaciones personales para alcanzar el éxito laboral:

  • Dando por hecho que la probabilidad de que te toque la lotería es ínfima y que ser extremadamente inteligente es fácil que acarree algún que otro inconveniente, el primer paso es trabajar mucho, con constancia y saber hacer. ¡Y recuerda! Se puede trabajar mucho pero trabajar mal.
  • Todo lleva un proceso, los grandes avances conllevan tiempo. Nos han vendido, y hemos comprado, la fantasía del éxito inmediato. Es posible pero no es probable. Estas expectativas incumplidas provocan frustración. El éxito “sano”, en buena medida pasa por comprender este punto.
  • Las personas son importantes. Quienes te rodean. Cada cual somos de una manera pero tratar cordialmente a quienes te rodean es fácil que te reconforte personalmente y laboralmente también. Respecto a lo laboral, hay una cita atribuida a Bill Gates a colación de una pregunta que le hizo un periodista más o menos así (cito de memoria)- ¿Señor Gates, si tuviera sólo dos dólares en qué los invertiría?, Gates – En recursos humanos-
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Conclusiones de Agus Romero

César Aparicio, cráneo privilegiado «per se», se introduce con su reflexión en lo más profundo de la psique humana para desbrozar en unas pocas líneas casi la esencia de su naturaleza, de la que no podemos escapar tampoco en lo diario.

Un aporte de gran valor, fruto de saber lo que realmente importa, no ser el más inteligente aunque lo seas, sino el más trabajador, luchador y más tarde, utilizar esa inteligencia para encontrar el equilibrio entre el trabajo y lo personal.

Porque ¿qué es el éxito? Esta es la clave de las claves del éxito de César Aparicio. Para unos el dinero, para otros el reconocimiento social. César nos abre un abanico de posibilidades con sus palabras que lejos de contestar a la pregunta nos invita a una reflexión personal profunda más allá de las respuestas fáciles o estereotipadas.












Cada uno busca su propio éxito y César posiblemente haya conquistado el suyo.



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